Científicos de EE.UU. se han basado en parásitos intestinales,
tomándolos como modelo para la creación de ‘bioadhesivos’ que podrían
usarse, por ejemplo, para cerrar las heridas tras la realización de
injertos de piel.
El equipo de investigación, dirigido por Jeffrey Karp, de la
Universidad de Harvard, en EE.UU., inventó una microaguja a partir del
Pomphorhynchus laevis, un tipo de gusano parásito caracterizado por
disponer de agujas que utiliza para sujetarse de forma segura a la pared
intestinal de algunos peces.
Inspirado por el mecanismo de este gusano, Karp y su equipo crearon un
parche adhesivo que se entrelaza mecánicamente con la piel a través de
microagujas que son capaces de penetrar eficazmente en el tejido.
Esta 'biotirita' se compone de dos capas: una sólida y otra de una
membrana porosa. Cuando las agujas penetran en los tejidos del cuerpo,
la capa porosa absorbe agua y se hincha, enganchándose firmemente en la
piel debido a su alta capacidad de adhesión.
Según los científicos, estos parches son menos dañinos para los tejidos y
no causan infección o inflamación en comparación con grapas o hilos
quirúrgicos. Además, sería de gran utilidad en las suturas utilizadas en
los quirófanos para fijar injertos de piel en los pacientes con heridas
graves.
Karp y sus colegas han estado estudiando durante mucho tiempo diferentes
órganos de animales, intentando adaptarlos para crear una variedad de
dispositivos médicos que ayuden a resolver varios problemas existentes
en el campo de la medicina.
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